El principio de confianza y los vaticinios apocalípticos

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Resumen

Igual que la de los demás animales sociales con los cuales estamos emparentados, la actividad humana es teleológica, orientada a la satisfacción de las necesidades del ser humano a través de unos medios. Por ello nuestra psique individual y colectiva está instintivamente más atenta a alcanzar el fin que a concebir posibles peligros e inconvenientes que pudieran acarrear los medios adoptados. Aunque tal estrategia podría parecer arriesgada, viene inductivamente confirmada su idoneidad por la experiencia histórica de la humanidad. El recién ideado principio de precaución invierte esas prioridades, obstaculizando nuestro ulterior progreso, como si ya no quedaran necesidades por cubrir y fuera satisfactoria la situación presente. Tal principio, además de ser prácticamente funesto, es teóricamente infundado. En su lugar hay que postular un principio de confianza en el futuro de la humanidad.

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